Esta es la ruta que sin duda más interés despierta entre aquellos que han participado de nuestros recorridos. No es para menos. Se trata de un recorrido por uno de los procesos revolucionarios más profundos del siglo XX y que tuvo a Barcelona como su epicentro.

¿Quieres saber qué visitamos?

Recorreremos los puntos donde tuvieron lugar los enfrentamientos más importantes y decisivos entre los trabajadores y los militares sublevados, donde se concentraron los grupos más numerosos y determinados -como el que encabezaban los miembros del grupo Nosotros; Durruti, Ascaso y García Oliver- y las principales barricadas que recibieron a los batallones que trataban de tomar el centro de la ciudad.

Al mismo tiempo visitaremos algunos de los edificios expropiados más emblemáticos, que pasarían a ser las sedes de las organizaciones obreras, y el famoso Hotel de lujo colectivizado que dejó de ser lugar de fiestas para la burguesía para convertirse en un gran comedor popular para los trabajadores.

Por último recorreremos los edificios en donde permanecieron las autoridades republicanas a la espera de que los trabajadores sofocasen la rebelión, y el lugar  donde la Guardia Civil escenificó su “lealtad” a la República cuando ya la partida estaba bastante decidida.

Si te interesa revivir esos intensos meses no dudes en apuntarte a alguno de nuestros tour sobre la guerra civil y la revolución.

¿Quieres saber un poco más de aquellos años?

Te dejamos unas líneas que te servirán también como «preparación» por si decides venir a la ruta

Entre el 17 y 18 de julio de 1936 una importante fracción del Ejército se sublevó contra la II República. Este golpe fascista arrancaría desde las Islas Canarias y el territorio marroquí bajo coloniaje español, y sería secundado por casi todo el Alto Mando y gran parte de la oficialidad. El Gobierno de la República trató hasta el último momento de contener a los militares, retrasando así una respuesta armada que frenase su “salida de los cuarteles”. Y es que una gran porción de sus aparato coercitivo era afecto a los sublevados, otro se mantenía “a la espera” de como se desarrollasen los acontecimientos y sólo una pequeña parte, sobre todo de fuerzas policiales, se mantenía fiel a la legalidad republicana. Para derrotar el golpe era necesario armar a los trabajadores. Éstos lo pedían con manifestaciones, delegaciones de los sindicatos que se entrevistaron con los Gobernadores… Pero la República parecía temer más a los obreros en armas que a los militares facciosos.

¿Cómo arrancó la guerra civil en Barcelona? En  numerosas ciudades, como en Barcelona, los trabajadores no esperaron y pasaron a la acción. Los sindicatos llamaron a la huelga general y,  sobre todo a partir del domingo 19 de julio, tomaron las calles, levantaron barricadas y fueron derrotando a los destacamentos que se atrevieron a sumarse al levantamiento. Fue una gesta con mucha espontaneidad, si bien en Barcelona los Comités de Defensa de la CNT jugaron un rol de organización y dirección clave. La cantidad de armas con las que se partía era muy reducida, pero poco a poco los trabajadores se pudieron hacer con las de los soldados que desertaban o huían, o con las obtenidas en los asaltos de cuarteles y armerías.

En las primeras semana de la guerra civil Barcelona quedó bajo el control de los obreros el 19 de julio. La Guardia Civil, a última hora y viendo como se desenvolvían los combates, decidió permanecer leal a la República. El día 20 sólo sobrevivían un puñado de enclaves fascistas que serían rápidamente derrotados. El General Goded que se había hecho cargo de la dirección del golpe sería pasado por las armas.

Los trabajadores de Barcelona, sobre todo anarco-sindicalistas, pero también socialistas, comunistas, catalanistas o del POUM, a la vez que derrotaron con éxito el golpe militar, iniciaron una obra transformadora revolucionaria sin precedentes en la historia de España. Esto se sucedió en otras partes de la retaguardia republicana, pero sin duda fue en esta ciudad donde la revolución tuvo su corazón.

Las empresas y transportes fueron colectivizados, el orden público pasó a manos de los trabajadores, así como la distribución de las mercancias y la producción, se comenzaron a organizar milicias obreras para ir a combatir al fascismo en Aragón y Madrid… La recién iniciada guerra había traía consigo la revolución. Los trabajadores y trabajadoras de Barcelona de julio de 1936 luchaban por construir un nuevo mundo, sin clases sociales ni propiedad privada, sobre las ruinas del fascismo al que habían derrotado.